1. Aislamiento del hogar
En primer lugar, el aislamiento del hogar es crucial. Hasta un 25 % del calor puede fugarse a través de paredes, techos, suelos o ventanas no aislados. La inversión en aislamiento se traducirá en ahorros en las facturas de calefacción. Puedes aprovechar, por ejemplo, las subvenciones estatales para el aislamiento del hogar.
2. Regulación de la temperatura
Mantén una temperatura óptima en las habitaciones. La temperatura recomendada en la sala de estar es de 20-22 °C y en el dormitorio de 16-18 °C. Haz instalar un termostato o temporizador que automáticamente reduce la temperatura cuando no estés en casa o mientras duermes.
3. Verifica el sistema de calefacción
La revisión regular y el mantenimiento del sistema de calefacción son pasos importantes a tener en cuenta. Las antiguas calderas ineficientes pueden consumir mucha más energía que los modelos nuevos y más eficientes. Si es posible, considera reemplazar el antiguo sistema por uno nuevo.
4. Aprovechamiento de la energía solar
Si tienes la posibilidad, utiliza la energía solar para calentar agua y para la calefacción de la casa. Aunque los paneles solares pueden parecer una gran inversión inicial, a largo plazo pueden resultar rentables. Además, la inversión en energía renovable es beneficiosa para el medio ambiente.
5. Elección de sistemas de calefacción energética y financieramente eficientes
Al elegir un sistema de calefacción, enfóquese no solo en su eficiencia energética, sino también en su eficiencia financiera. La eficiencia tecnológica no siempre se traduce necesariamente en eficiencia financiera.
Prueba estos consejos y descubre cómo pueden reducir tus costes de calefacción. No olvides que ahorrar energía no solo beneficia a tu bolsillo, sino también al medio ambiente. Cada pequeño paso hacia la eficiencia energética cuenta.