Cómo funciona la radiación y qué es
Para describir adecuadamente los efectos de la radiación en la salud, primero es necesario explicar brevemente la naturaleza de su funcionamiento.
Desde un punto de vista puramente físico, la radiación (enlace radiación x convección) es la radiación infrarroja, que es una parte natural de la radiación solar. Permite la transferencia de energía térmica a diversas superficies sin calentar el aire circundante. La energía se mueve libremente a través del aire; el proceso de transferencia y su transformación en calor ocurren solo en el momento del impacto en objetos sólidos (paredes, techos, suelos, muebles, la superficie del cuerpo humano, etc.). Luego, estos objetos/superficies se calientan y alcanzan una temperatura más alta que el aire, que luego se calienta desde el suelo, las paredes, etc.
La radiación infrarroja (radiación) se divide en varios tipos según la longitud de onda. Para la calefacción por suelo, se utiliza radiación de onda larga, que penetra hasta las células subcutáneas. Allí se absorbe, y aunque no es perceptible por los sentidos humanos, afecta al cuerpo, especialmente a las articulaciones y tejidos blandos.
4 Mayores beneficios para su salud
Los beneficios de las láminas de calefacción por infrarrojos son apreciados por todos aquellos que abrazan un estilo de vida saludable y a quienes les importa la calidad del aire que respiran en casa, así como si viven en ambientes propensos a la formación de moho. Los mayores beneficios se experimentan especialmente por personas alérgicas, asmáticas y aquellos con problemas respiratorios.
1. Calor biológicamente óptimo
El calor radiante no solo calienta la piel, sino que, al igual que los rayos solares, penetra más profundamente en los tejidos y contribuye a la regeneración y circulación sanguínea. Los efectos favorables de la radiación infrarroja en el organismo humano están comprobados, y la radioterapia infrarroja se utiliza comúnmente en la atención médica. Las saunas de infrarrojos funcionan de manera similar, basándose en el mismo principio.
2. Previene la formación de moho
Como mencionamos anteriormente, el calor radiante calienta directamente las paredes. Cuando la temperatura de la pared es más alta que la del aire circundante, la humedad no se condensa en ella. Esto no solo evita la condensación, sino que también ayuda a secar los muros. Como resultado, se previene la posible formación de moho, ya que este no prospera en superficies secas.
3. Reduce el polvo
Además de la reducción de la circulación de polvo, el hecho de que la radiación no caliente el aire, sino directamente las superficies en la habitación, evita que el aire caliente ascienda hacia el techo y luego se enfríe desde el techo frío, evitando así la caída hacia la fuente de calor. Esto elimina la circulación no deseada del aire, reduciendo significativamente la acumulación de polvo en interiores en comparación con los sistemas de calefacción convencionales, como los radiadores.
4. Mantienen una humedad óptima en la habitación
La humedad adecuada en el interior ayuda a mejorar la inmunidad, ya que las membranas de las vías respiratorias no se secan, dificultando que los microorganismos y alérgenos ingresen al cuerpo. En comparación con los radiadores convencionales, que calientan el aire y lo secan, las radiaciones infrarrojas atraviesan el aire de la misma manera que los rayos solares. De esta manera, el aire no pierde nada de su humedad natural, que se mantiene en un rango del 45% al 55%, haciéndolo mucho más agradable para la respiración.
Existen riesgos para la salud?
A veces, las personas tienen preocupaciones sobre los posibles efectos perjudiciales de la calefacción por suelo radiante, como la idea de que podría causar várices. Estas preocupaciones datan de los primeros días de la existencia de la calefacción por suelo radiante y es importante señalar que no están relacionadas con las láminas de calefacción por infrarrojos, sino más bien con la tecnología más antigua de calefacción por suelo radiante con agua caliente.
Anteriormente, los tubos se instalaban en el suelo más alejados entre sí y se necesitaba utilizar agua muy caliente. La temperatura del suelo sobre los tubos podía alcanzar hasta 35 °C, que era una temperatura de riesgo para la formación de várices, y las grandes diferencias de temperatura en el suelo también podían tener un impacto negativo en las articulaciones.
Con una instalación de calidad hoy en día, ya no hay nada de qué preocuparse. Según las normas actuales, la calefacción por suelo se puede ajustar a un máximo de 29 °C en áreas de estar y un máximo de 33 °C en baños y aseos. Además, el calor se distribuye uniformemente por toda la superficie. Siguiendo las temperaturas máximas recomendadas, la calefacción por suelo es completamente segura para la salud. Se ha desacreditado el mito de que la calefacción por suelo causa várices u otros problemas de salud.
Recomendación:
Siempre confíe la instalación de la calefacción por suelo infrarrojo a profesionales y no arriesgue realizándolo usted mismo. Los riesgos para la salud asociados con la calefacción por suelo le pasarán de largo.
Autor: Eva Kubíčková